En la segunda guerra mundial, un coronel del ejército inglés considera que la única forma de restablecer la alicaída moral de sus hombres prisioneros del ejército japonés es mantener la disciplina del grupo y levantar un magnífico puente que los enorgullezca frente al enemigo.
Esta famosa marcha de silbidos se convirtió en símbolo de esta gran película estadounidense-británica estrenada el año 1957, que tuvo como protagonistas a Alec Guinness y William Holden, fue dirigida por David Lean, y ganó nada menos que siete premios Oscar.
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